Introducción a la edición en castellano
(He escrito una nueva introduccion a la traduccion al espa�ol de mi libro, donde menciono detalles sobre el envolvimiento de Israel en Latinoam�rica (lo comparto con ustedes, para que de esa forma puedan ver conexiones adicionales). Agradeceria cualquier contacto en paises de habla hispana y lugares donde se puedan hacer arreglos para eventos de presentacion y firma del libro. email mazin@qumsiyeh.org)
Introduccion a la edicion en castellano
Compartir la tierra de Canaan: Derechos Humanos y el Conflicto Israel�-Palestino. Edition Canaan, Buenes Aires (Mazin Qumsiyeh, Sept. 2007)
Al escribir esta introducción para la edición en castellano, exploro brevemente un tema poco tratado en los análisis recientes: la relación con América latina, y por qué la cuestión de Palestina es importante para la gente de todas partes de nuestro planeta compartido. El resto de este libro explora otras cuestiones sobre el sionismo (de las cuales el Estado de Israel es un proyecto importante, pero no el único) y su peso sobre los palestinos nativos y otros, incluido su impacto negativo de largo plazo sobre el judaísmo. Trasciende los límites de esta breve introducción intentar el tan necesario análisis según las líneas del trabajo de Bishara Bahbah, publicado hace más de veinte años y titulado Israel and Latin America: The Military Connection.1 Hasta tanto alguien se haga cargo de ese proyecto, presento unas pocas observaciones pertinentes. Comencemos con citas seleccionadas del libro de Bahbah:
- "Las ventas de armas israelíes están más concentradas en esta región América latina. América latina no sólo ha sido el principal mercado de Israel, sino que al menos dieciocho de los Estados latinoamericanos han comprado armas israelíes".2
- "Durante el último decenio 1975-1985, América latina fue, indiscutiblemente, el mercado de armas más grande de Israel, dando cuenta de alrededor del 50 al 60% de sus exportaciones militares totales. Según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), un tercio del total de las ventas de armas de Israel de 1.200 millones de dólares en 1980, fueron a la Argentina y el Salvador solamente".3
- “Si bien las disputas territoriales indudablemente han inducido el acopio de armas en la región... la mayor parte de las armas adquiridas por América latina han sido empleadas en la supresión del disenso interno. Uruguay, Perú, Paraguay, Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Honduras, Guatemala y El Salvador han tenido que enfrentar movimientos guerrilleros, y la inestabilidad y las dificultades económicas de otros países vuelven real la amenaza de la insurgencia.”4
- "La política de derechos humanos de la administración Carter, inaugurada en 1977, tuvo el mayor impacto en las ventas de Israel a América central, en particular a el Salvador, Guatemala y la Nicaragua de Somoza, todo lo cual ha sido calificado como violaciones flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos... Del mismo modo, las ventas de armas israelíes al régimen de Somoza se vieron promovidas por la política de la administración Carter. Aun antes de que Estados Unidos suspendiera la ayuda económica y militar a Nicaragua, en noviembre de 1978, las armas israelíes se habían vuelto críticas para la supervivencia del régimen".5
- La hegemónica doctrina Monroe "halló expresión en el papel que desempeñaron los dirigentes de las delegaciones latinoamericanas durante las maniobras diplomáticas en las Naciones Unidas, que llevaron a la creación del Estado de Israel, en mayo de 1948. Guatemala y Uruguay, en particular, hicieron importantes contribuciones en favor de la causa sionista en la sesión de las Naciones Unidas sobre Palestina, y también como miembros de la Comisión Especial de la ONU sobre Palestina (UNSCOP), creada en la primavera de 1947.
América latina coadyuvó en la aprobación del plan de partición, sin el cual el Estado de Israel no hubiese sido creado, ya que por entonces los judíos eran sólo el 35.1% de la población de Palestina, y eran propietarios sólo del 7% de la tierra. Además de inducir a otros países a votar por la resolución, los delegados latinoamericanos dieron 13 de los 31 votos en favor de la partición. Cuba fue el único país latinoamericano en votar en contra de la resolución".6
El profesor Israel Shahak, entonces presidente de la Liga Israelí por los Derechos Humanos y Civiles, afirmó en una conferencia en New York, en octubre de 1985:
"Todas las armas, o prácticamente todas las armas del ejército de Guatemala, están hechas en Israel. Lo mismo sucede con sus uniformes, incluso las cocinas, hasta las cocinas de campo. También hay ex oficiales, lamento decirlo, no me sorprende realmente, algunos de ellos de kibbutzim, disfrazados de expertos agrícolas, que están ayudando a ingresar a los campesinos en exactamente la misma clase de campos de concentración que se usaron contra los campesinos vietnamitas. Además, está el asunto del adiestramiento de la policía secreta guatemalteca, y de la ayuda a los denominados escuadrones de la muerte. Tal vez yo deba recordarles que en varios informes de Amnesty International, se declaró abiertamente que no hay presos políticos en Guatemala, porque todos ellos son asesinados inmediatamente".7
Pero no es sólo la industria de armas lo que está en juego. Según Klieman,
"Los diplomáticos israelíes no dejan de sugerir la compra de sus bienes militares como un quid pro quo aceptable y justo por el uso de la fuerza casi legendaria del lobby pro-israelí en el Congreso, y su influencia en la comunidad estadounidense judía, en favor del cliente de armas".8
Bahbah agrega que "según Israel Shahak (Global Role: Weapons for Repression, Belmont, Mass., Arab-American University Graduates Inc., 1982, p. 20), el régimen chileno esperaba que las fotos publicadas del general Pinochet con israelíes de alto rango, tales como el ex jefe del Estado mayor, Mordejai Gur, junto con las declaraciones de Gur en el sentido de que los informes de prensa sobre los excesos de Pinochet "no se ajustaban a la realidad, ayudarían en su posición con Estados Unidos".9 Recientemente se ha escrito más sobre el poder del lobby pro israelí en el diseño de la política estadounidense, a veces incluso en detrimento de otros intereses estadounidenses (véase).10 El "Memorando de entendimiento relativo a la cooperación estratégica", de Estados Unidos-Israel (30 de noviembre de 1981, potenciado y expandido en 1983) es único y no existe con ningún otro país.
Ese Memorando incluyó un número de casos en los que la rama ejecutiva estadounidense violaba la ley interna de su país y sus obligaciones según el derecho internacional. El mejor ejemplo de esto se tuvo cuando el Congreso restringió la capacidad para venderles armas a los Contras de Nicaragua, y el fuerte lobby pro israelí convenció a la administración Reagan de usar a Israel y pasar por alto la prohibición (en abril de 1984). El escándalo Irán-Contra es un ejemplo típico de cómo funcionaba esa relación para eludir la ley. Gracias al lobby pro israelí en el Congreso, se hizo referencia a Israel sólo como a un "tercer país" en las ligeras investigaciones que siguieron en el Congreso. Los arquitectos clave de esta debacle reaparecieron como los neoconservadores que aprovecharon los acontecimientos del 11 de setiembre de 2001 para presionar por la invasión a Irak (y ahora a una guerra extendida al Islam) pensando que están sirviendo a los intereses del Estado de Israel. Por lo tanto, no fue una sorpresa cuando el presidente Bush eligió a John Negroponte para un rol clave en la ocupación de Irak. La tarea anterior de Negroponte en la ONU fue la de proteger a Israel del derecho internacional, y como "embajador en Honduras", cumplió un papel clave en el adiestramiento de los escuadrones de la muerte de Nicaragua y otras atrocidades en América del sur, que muchos aún recuerdan con horror. No fue una sorpresa cuando el fenómeno de los escuadrones de la muerte apareció en Irak, pocas semanas después de que él ocupara su puesto allí.
El impacto siniestro del sionismo sobre América latina fue difundido, aun cuando las víctimas fueran judías. El periódico israelí Haolam Haze informó que
"… la semana pasada, el ministro de Exterior israelí les estrechó efusivamente la mano a los generales de Buenos Aires que habían asesinado a unos 1.000 judíos en la Argentina" y al responder a las tibias críticas dentro de Israel contra el apoyo criminal a los regímenes dictatoriales de América latina, el general Chaim Herzog, que se convirtió en presidente de Israel, observó: "en nuestras relaciones nos debe guiar un criterio que ha guiado a los gobiernos de Israel desde la creación del Estado, a saber: «¿es bueno para los judíos?»".11
Aquellos judíos fueron considerados desechables, porque no apoyaban el proyecto sionista. Jacobo Timerman afirma: "Vi con mis propios ojos cómo los carceleros de la Argentina torturaban a los judíos en la prisión mientras el gobierno israelí solicitaba a la comunidad judía de allí que guardara silencio", y seguía proveyendo de armas a la junta militar.12 También el profesor Israel Shahak citó eso en su conferencia en New York, de octubre de 1985:
"Amnesty International acusó correctamente al ex régimen argentino no sólo de tortura, asesinato, etcétera, sino también porque obligó a muchos miles de prisioneros judíos a arrodillarse ante retratos de Adolf Hitler. No hubo ninguna protesta israelí por ello en la época de la mayor amistad, e Israel siguió proveyendo de armas. Todo el que crea que el Estado de Israel, tal como está actualmente constituido, sirve a los intereses judíos, debería pensar en este hecho. Que se produjera tal situación en el curso de un prolongado régimen del tipo nazi, y que no haya habido ninguna protesta de Israel ni de ninguna organización judía estadounidense, es algo que debería hacer pensar a la gente".13
Pero la relación entre Israel y Estados Unidos apoyaba a los dictadores latinoamericanos, y era más profunda que una relación militar con ramificaciones políticas. En su núcleo se hallaban las mismas ideologías coloniales del "destino manifiesto" que informaban el establecimiento de los regímenes coloniales europeos, con matices que variaban del sionismo al expansionismo estadounidense. En un original libro crítico que compara la literatura de los americanos nativos y los palestinos, el autor Steven Salaita concluyó: "América nativa y Palestina a menudo son intercambiables, porque buena parte del proceso colonial en América del norte y del sur evocaba temas de la Tierra Santa que se reiterarían en Palestina en el siglo XX" y que la "relación de alianza" que comparten Israel y Estados Unidos "tácitamente penetra la conciencia estadounidense debido al hecho de que Estados Unidos se basa en el pathos de la Tierra Santa".14
El autor estadounidense nativo, Robert Allen Warrior lo expresa de esta manera:
"A muchos predicadores puritanos les agradaba referirse a los americanos nativos como amalecitas y cananeos, es decir, personas que de no convertirse, sólo merecían la aniquilación. Al examinar tales instancias en los escritos teológicos y políticos, en los sermones y en otros ámbitos, podemos entender cómo la autoimagen de América como un «pueblo elegido» ha proporcionado una retórica para mistificar la dominación".15
Salaita también señala que los desafíos que deben enfrentar tanto los palestinos nativos como los americanos nativos, han proporcionado en el pasado y brindarán en el futuro excelentes oportunidades para el diálogo y la colaboración intercomunitarios.
Las repercusiones del apoyo directo del Estado de Israel a regímenes violentos y represivos aún se sienten hoy (sobre todo entre las víctimas de esos regímenes) y se seguirán sintiendo por años. Hubo advertencias incluso en Israel de que eso era lo que podía suceder. El periódico israelí Davar publicó un artículo en la década de 1980 donde se expresaba:
"… si un número creciente de nicaragüenses están odiando cada vez más a Israel, no es porque se hayan convertido repentinamente en antisemitas. La razón es diferente: porque un número cada vez mayor de sus hijos son muertos y heridos con armas «made in Israel»".16
Cuando las familias de las víctimas de los regímenes brutales investiguen los vínculos con Israel durante esos años, hallarán más de cuanto refieren las pocas obras citadas aquí. Los activistas y los líderes también deberían estudiar los vínculos estrechos de Israel con Estados Unidos y su función en la opresión de hoy. Mientras algunos prefieren creer que Israel sólo se desempeñó como servidor de los intereses imperiales estadounidenses, fuerte evidencia sugiere que los sionistas en EE.UU. de América modelan y manejan realmente importantes aspectos del imperio, y así se sientan a la mesa del poder, incluida la porción de la mesa asignada al "complejo industrial militar". Fox Broadcasting Company (FBC) se dedicó a atacar todos los movimientos sociales democráticos de América latina. FBC pertenece a News Corporation controlada por Rupert Murdoch, un multimillonario sionista nacido en Australia, actualmente dedicado a comprar medios en Europa y América latina. En especial, Murdoch busca comprar medios españoles populares. Tener conciencia de esas conexiones es un asunto de importancia para todo el que aboga por los derechos humanos, la paz y la justicia.
El poder y la influencia de Israel (y Estados Unidos) en América latina han declinado, y la sociedad civil y los pueblos latinoamericanos, en su mayoría, apoyan los derechos palestinos. Como palestino, siempre me alienta ver las miles de personas de América latina y de todo el mundo que se unen al Movimiento de Solidaridad Internacional de Palestina y participan de la resistencia no violenta a la ocupación. Pero es mucho lo que aún se debe hacer en todos los rincones del mundo. Pocos gobiernos latinoamericanos respondieron a la voluntad de sus pueblos en tales cuestiones de importancia directa. Venezuela retiró a su embajador de Israel cuando Israel invadió ilegalmente el Líbano en 2006. Sería lógico que todos los países cortaran relaciones con Israel hasta que cumpla con el derecho internacional y los derechos humanos. (Israel viola más de 65 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y cientos de resoluciones de la Asamblea General de la ONU.) Pero sólo se produce un cambio social positivo en el mundo cuando bastante gente impulsa a su gobierno y a sus medios a hacer lo correcto. Por ello es importante que la gente de América latina y de todo el mundo convierta sus sentimientos de simpatía y de indignación en acción directa.
Las relaciones de Israel con los elementos racistas y violentos de Estados Unidos fomentaron la destrucción en muchos rincones del mundo. Las principales víctimas de esa relación siniestra son hoy los pueblos de Palestina, el Líbano e Irak (y tal vez Irán sea el próximo). Pero las víctimas se extienden hasta más allá de Asia occidental. América latina no fue una excepción (sobre todo en las décadas de 1970 y 1980, pero esa relación todavía es una fuerza potente en la actualidad). Es por estas razones que creo que la gente cuya lengua madre es el castellano, como toda la gente, debe unirse al creciente movimiento internacional para el esclarecimiento, los boicots y las sanciones contra Israel y sus patrocinantes en Washington, DC.
Nuestra lucha sigue el modelo de nuestra anterior lucha contra el apartheid sudafricano. No será fácil, pero es crítica. No es fácil porque a) Estados Unidos ha surgido como una potencia imperial preeminente tras la caída de la Unión Soviética, y b) existe un fuerte movimiento sionista que posee gran influencia sobre la política exterior estadounidense y los asuntos del mundo, en detrimento de la gente de todo el mundo (incluidos los judíos).
Así, nuestra lucha ahora globalizada se está convirtiendo en un punto focal para cuestionar las políticas hegemónicas destructivas de Estados Unidos/Israel. No sorprendió que la historieta política más discutida del historietista brasileño Carlos Latuff fuera la que presenta a gente oprimida en todo el mundo en diferentes paneles donde se lee "somos todos palestinos". Las camisetas con ese slogan y muchos carteles y la discusión sobre Palestina también dominaron el World Social Forum, realizado en diversos lugares, de Mumbai a Porto Alegre. Un número creciente de movimientos sociales e instituciones de la sociedad civil de todo el mundo entienden que las políticas estadounidenses/israelíes en Asia occidental son en esencia el talón de Aquiles para el bastión más grande que le queda al imperialismo. En contraste, la paz en Palestina (que sólo puede basarse en los derechos humanos y la justicia) es crítica para la paz en Asia occidental, lo que a su vez es crítico para la paz mundial. Consideraría un gran logro que la edición en castellano de este libro inicie un análisis de estas cuestiones, además de su foco principal en la exploración de la importancia de los derechos humanos para llegar a una paz justa.
Agradecimiento: Le estoy sinceramente reconocido al profesor Saad Chedid por traducir mi libro y esta introducción al castellano.
Notas
1. Bishara Bahbah, Israel and Latin America: The Military Connection, Palgrave Macmillan and St Martin, (1986), 210 pp.
2. Bahbah, idem, p. 16.
3. Bahbah, idem, p. 61.
4. Bahbah, idem, p. 87.
5. Bahbah, idem, p. 147.
6. Bahbah, idem, p. 63
7. Extracto de una conferencia del profesor Israel Shahak, entonces presidente de la Liga Israelí por los Derechos Humanos y Civiles, que diera en New York, en octubre de 1985 y que se publicara en Struggle Newsletter (TheStruggle.org,), Issues No. 10 (Nov 24, 1985).
8. Aaron Klieman, Israel's Global Reach: Arms Sales as Diplomacy, Pergamon-Brassey, 1985, p. 411.
9. Bahbah, idem, p. 199
10. Andrew Cockburn and Leslie Cockburn, Dangerous Liason: The inside story of the US-Israeli covert Relationship. (Harper Collins, NY, 1991), 416 pp.
James Petras, The Power of Israel in the United States (Clarity Press, Inc., 2006)
Greg Felton, The Host and the Parasite - How Israel's Fifth Column Consumed America (Dandelion Enterprises, 2007)
11. Chomsky, The Fateful Triangle: The United States, Israel and the Palestinians, (Pluto Press, London, 2000, Edition actualizada), p. 110, que cita a Chaim Herzog, "Good for the Jews?" Jerusalem Post, Dec. 24, 1982.
12. Chomsky, idem, p. 173, que cita una entrevista con Jacobo Timerman en el diario disidente Haolam Haze, Dec. 22, 1982.
13. Extracto de una conferencia del profesor Israel Shahak, entonces presidente de la Liga Israelí por los Derechos Humanos y Civiles, que diera en New York, en octubre de 1985 y que se publicara en Struggle Newsletter (TheStruggle.org), Issues No.11 (Jan 15, 1986).
14. Steven Salaita, The Holy Land in Transit: Colonialism and the quest for Canaan (Syracuse University Press, 2006, 234 pp), p. 15.
15. Robert Allen Warrior, “A native American Perspective: Canaanites, Cowboys, and Indians”, in R. S. Sugirharajah (ed.), Voices from the Margin, Orbis, NY, 1991, pp. 283-284, cited in Salaita, idem, p. 24.
16. Bahbah, idem, p. 63, p. 185.
Otros textos relevantes:
Benjamin Beit Halahmi, The Israeli Connection: Who Israel arms and why (Pantheon, NY, 1987), 289 pp.
Milton Jamail and Margo Gutierrez, It's no Secret: Israel's Military Involvement in Central America (Association of Arab-American University Graduates, Belmont, MA. 1986),.pp. 117 y siguientes.
Israel Shahak. El Estado de Israel armó las dictaduras en América latina.(Buenos Aires. Editorial Canaán. 2007), 160 pp.
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